viernes, 1 de junio de 2012

Enfermedades en el Adulto Mayor


A diferencia de pacientes jóvenes, el adulto mayor está afecto a muchos factores
biológicos y psico-sociales, que alteran el proceso de reconocimiento de una
enfermedad. Es por ello que no hay que esperar que un anciano consulte por síntomas y
signos típicos de una enfermedad para sospecharla.
Esta dificultad para reconocer la presencia de alguna enfermedad actual se debe
principalmente a tres factores: la aceptación de la enfermedad como algo propio del
envejecimiento, la forma atípica en que se manifiestan y la existencia de múltiples
patologías concomitante.

Aceptación de Enfermedad

Es común en nuestro medio que tanto el paciente mayor como las personas que
lo rodean (familiares, cuidadores) consideren las manifestaciones de una enfermedad
actual como un cambio normal del proceso de envejecimiento. Debido a esto, dejan
pasar síntomas leves y sólo consultan en situaciones dramáticas o agudas tales como
síncope, hemorragia, etc. Otro factor importante es que muchas veces, el adulto mayor
se considera una “carga” para sus cuidadores, por lo que minimiza sus molestias.
Además es frecuente encontrar ancianos con alteraciones de la memoria y/o dificultades
para comunicarse, como sordera, ceguera e incluso compromiso de conciencia. En
estos casos debe prestarse especial atención a cualquier cambio del estado basal del
paciente, por pequeño que este sea.
La suma de estos factores lleva a una demora en la consulta, lo que se ha
demostrado que incide directamente en la eficacia del tratamiento médico. Es así como
patologías simples que pueden ser solucionadas si son tratadas oportunamente, quedan
sin tratamiento o sólo con manejo paliativo, contribuyendo así al deterioro y a mayor
dependencia de ese adulto mayor

Presentación Atípica:    

La forma intrínseca de presentación de cada enfermedad también se ve afectada
ya que las respuestas físicas y fisiológicas habituales frente a enfermedades suelen estar
alteradas, lo que puede resultar en ausencia de síntomas (típicamente dolor y fiebre). En
otros casos los síntomas son vagos e inespecíficos debido a estos cambios. Se agrega a
esto que distintas enfermedades se suelen presentar de maneras similares. Esto llevó al
Profesor Dr. Bernard Isaacs (UK) a delinear uno de los conceptos fundamentales de la
geriatría: los llamados “gigantes geriátricos”. La confusión, las caídas, la incontinencia
de esfínteres e inmovilidad son cuatro síndromes que se encuentran frecuentemente en
el paciente geriátrico, que no matan y que pueden ser la manifestación final común de
muchas patologías diferentes. Estos síndromes siempre traducen alguna enfermedad de
base y no deben ser considerados cómo eventos normales de la vejez. Es así como la
inmovilidad puede ser la manifestación de patologías tan distintas como infarto al


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